Ciudad ubicada en el extremo norte de la
Sierra Grande, en la región de transición con las salinas,
Cruz del Eje ostenta paisajes donde la serranía se mezcla con llanos, desiertos y una significante cantidad de ríos y arroyos, lo que la diferencia paisajísticamente de otras áreas del
Valle de Punilla.
Cruz del Eje aparece en el centro de la
Cuenca del Sol, región cuya denominación proviene de los cielos despejados que la engalanan más de 300 días al año, e invita a disfrutar de su entorno en jornadas de recreación al aire libre.
Un enorme
dique, un
museo ferroviario y extensos campos de
olivares constituyen sus principales atractivos, los mismos que dan lugar a las propuestas turísticas más características, como ser la práctica de deportes náuticos, los paseos culturales y los circuitos rurales.
Aceiteras, bodegas, aserraderos completan la cartelera de la
Capital Nacional del Olivo, una ciudad que cuenta con la infraestructura gastronómica y hotelera precisa para la plena satisfacción del turista.
Historia de Cruz del Eje
Los indios comechingones fueron los primeros habitantes del lugar, pero serían diezmados y despojados de sus posesiones a fines del siglo XVII con la llegada de los conquistadores españoles.
El
22 de septiembre de 1735, el entonces gobernador de Tucumán cede a Francisco de Baigorri una región conocida como
“La Cruz del Eje”, en la punta del
río Siquiman, quedando así establecida la fecha que se conmemorará con el paso del tiempo como día de fundación de la localidad.
Sin embargo, recién en 1856 nacería el
departamento Cruz del Eje, a partir de un decreto del gobernador de la provincia de Córdoba, y una década después se oficializaría su nombre.
Por su parte, la
municipalidad de Cruz del Eje sería creada el 8 de mayo de 1890, el mismo año en que el
tren llegaría a la localidad para convertirla en un importante nudo ferroviario. Cruz del Eje sería elevada a la categoría de ciudad en 1936.