Apasionante en toda su extensión, la Provincia de La Rioja no deja de sorprender a sus visitantes. Con lugares únicos, que exponen las postales más maravillosas de la naturaleza cuyana, ostenta la Reserva natural Quebrada del Cóndor como un sitio imperdible.
Imagen - Gentileza Gobierno de La Rioja
Montañas de granito negro, gris y rosa, con formas rústicas y miradores naturales, se transforman en la mejor alternativa para admirar el vuelo de los cóndores. Es que sobre la Sierra de los Quinteros los avistajes adquieren un carácter espectacular porque el sitio para observarlos se ubica por encima de sus dormideros.
Por un camino zigzagueante que va trepando lentamente los cerros, los paisajes se forman combinando la vegetación baja de las zonas áridas; grandes formación pétreas esparcidas por doquier; algunos arroyuelos y lagunas. Una cabalgata guiada permite emprender el ascenso hacia las alturas e ir descubriendo los misterios que encierran estas tierras: observando en detalle se pueden descubrir pinturas rupestres estampadas sobre las rocas.
Imagen - Gentileza Gobierno de La Rioja
El último tramo del recorrido se debe realizar a pie. Por caminos sinuosos, pero que regalan las mejores vistas panorámicas, el trekking propone disfrutar de la pureza que colma el aire serrano mientras se acerca el punto de llegada. Al arribar a la meseta sólo hay que buscar el peñasco que sobresale del acantilado y esperar que los reyes de las alturas aparezcan. Este auténtico “Mirador de los Cóndores” se ubica a 1800 metros sobre el nivel del mar.
De brillante color negro, su plumaje permite identificarlos con facilidad sobre el cielo azul. El espectáculo comienza y puede llegar a reunir hasta 40 ejemplares con sus grandes alas extendidas: sobrevolando en círculo o en línea recta; lanzándose en picada por el acantilado; o escondiéndose entre las grietas de las paredes rocosas, dónde están sus nidos, esta experiencia resulta muy emocionante.
