Tricao Malal es cuna de cantoras y tradiciones que el norte de la Provincia de Neuquén cobija con orgullo. Fiestas tradicionales que son un pedacito de su rica cultura invitan a compartir la alegría y el colorido, que en una época determinada del año, se pasea entre las cumbres de este paraje patagónico.

Pero esta no es la única opción que ofrece: bordeada por la Cordillera del Viento se transforma en un lugar propicio para los deportes invernales y con un toque de aventura. Cerros, volcanes y pistas de esquí ofrecen toda su inmensidad para que los amantes del riesgo y la adrenalina disfruten al máximo.

El Volcán Domuyo ostenta la designación de “Techo de la Patagonia” con sus 4709 metros de altura y es una experiencia imperdible para los montañistas que gustan de los paisajes agrestes. Regalando vistas que sólo se pueden obtener desde estas alturas promete sorprender con sus campos de hielo, un río de montaña, las numerosas leyendas que lo tienen como protagonista, y las aguas hirvientes que lo rodean.

Otra de las opciones para ascender a las cumbres son el Cerro Palao y el Volcán Tormen. Éste último, ya inactivo, es un cono que se dibuja sobre el horizonte y en invierno se cubre completamente por el impecable blanco que la nieve le otorga; se ubica dentro del Área Natural Protegida El Tromen que además resguarda una gran cantidad de especies de aves que encuentran su hábitat en la Laguna Tromen y un humedal llamado Los Barros.

El esquí junto al snowboard, el trekking, los paseos en moto de nieve y otras disciplinas se pueden disfrutar en el Cerro Wayle. El centro invernal despliega varias pistas, con diferentes características, que permiten la práctica con total comodidad en todos los niveles. Brinda todos los servicios necesarios para divertirse en familia y con total tranquilidad.