Histórica, colmada de atractivos, y digna de ser recorrida, la Caseros fue testigo del nacimiento y transformación que la ciudad de Salta fue experimentando a lo largo de su historia.
En su extensión va mostrando edificaciones de gran valor como el Cabildo y, dentro de él, el Museo Histórico del Norte; también un gran número de edificaciones eclesiásticas como el Convento San Bernardo, la Iglesia San Francisco y el Templo de Nuestra Señora de la Merced.
Esta calle tiene importancia desde los inicios de la vida pública en la Ciudad por las instituciones que la transitaron. Fue el epicentro de la vida política, social y económica de la Ciudad de Salta desde su fundación en 1582.
Nombrada de diversas maneras, fue llamada la Real ya que en ella se emplaza el edificio del Cabildo, símbolo institucional de la Corona Española. El nombre de calle del Obispo se debió a que fue residencia de la máxima autoridad eclesiástica de la ciudad cuando se construyó la Casa Diocesana en la parte posterior de la Iglesia de los Jesuitas (actual esquina de Mitre y Caseros). Esta iglesia fue la Catedral provisoria de Salta desde 1809 hasta 1879.
Además fue conocida como la calle del Cocherito y la del Pancero, gracias a la zamba de los Chalchaleros que recorrió todo el país. Se cree que ambos nombres hacen referencia a las cocherías ubicadas en lo que hoy serían las calles Caseros y Laprida y al comercio del pancero ubicado en frente.
También tuvo como vecinos a destacadas personalidades entre las que se encontraba el fundador de la Ciudad de Salta, Hernando de Lerma, quien se adjudicó un terrero en lo que hoy sería la esquina de Caseros y Pueyrredón; el Gral. Martín Miguel de Güemes junto a su esposa Margarita del Carmen Puch, el antiguo Gobernador y exitoso comerciante Manuel Otero y el Coronel José de Moldes, entre otros.
Anécdotas, pasado y presente, una arquitectura fascinante, y un sinfín de alternativas, todo convive en este pedacito de Salta que vale la pena conocer.
Fuente: Profesor Miguel Ángel Cáseres.
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