Manzano Amargo es un lugar en donde se respira el aire puro que se vuelca sobre las formaciones montañosas que la circundan. Tradicional y pintoresca, esta pequeña localidad neuquina invita a descansar en un entorno colmado de encantos paisajísticos.

Inevitable será visitar la cascada “La Fragua”: esta caída de agua de 40 metros de altura es una perfecta cortina blanca que se desliza por un paredón y finaliza con un sinnúmero de pequeños saltitos provocados por las rocas que atraviesan su recorrido. Naciendo desde el arroyo homónimo, es un espectáculo digno de admirar si transita por el norte de la Provincia de Neuquén.

Pero esta no es la única posibilidad para entrar en contacto con la naturaleza. Ñires, robles y llao llao junto a otras especies de la región andino-patagónica conforman dos bosques relictuales: el LLao LLao y Los Roblecitos se transforman en el sitio ideal para apreciar la flora autóctona, en una apacible caminata o en una travesía 4 x 4.

Los Chenques son otra de las maravillas con las que Manzano Amargo sorprende a sus visitantes: se trata de cavernas ubicadas en la base del cordón montañoso que rodea al poblado y que fueron el resultado de los movimientos tectónicos que dieron origen a la Cordillera de los Andes. Pasear por ellas es una oportunidad para deleitarse con las formaciones geológicas y el ambiente que las rodea.

Además la presencia del cercano río Neuquén suma otras posibilidades para la recreación: sus aguas convocan a los amantes de la pesca deportiva y también a quienes se deleitan con el rafting.